Imagínese esto: va por la calle y se topa con un personaje de apariencia extraña. Se le queda viendo, pero no sabe exactamente por qué. Se voltea y le comenta a su amigo, que le dice, en tono callado, que la persona a la cual señalan ha sido víctima de un mal trasplante de cabello. ¿Por qué pasa esto? El principal problema con la apariencia de los trasplantes de cabello es la densidad y gran tamaño al momento de hacer la extracción. Esto hace que el resultado final se vea poco natural y sea fácil saber que alguien se ha sometido a un trasplante. Y no a cualquier trasplante, sino a un trasplante con técnicas anteriores a 1990, con resultados tan desastrosos que llevaron a que se acuñara el término “cabeza de muñeca”. Afortunadamente, las técnicas modernas aseguran que no sea fácil saber quién ha recibido un trasplante de cabello, pero ¿qué hacer con un trasplante insatisfactorio?