El estrés puede ser un gran enemigo cuando sufrimos de pérdida capilar, pues acelera procesos de caída que queremos evitar.
No es el estrés momentáneo el que nos haga perder el cabello, pero si una acumulación del mismo a diario lo que puede llevarnos a tal situación, es por ello que para mejorar tanto nuestra salud capilar como mental debemos evitar este tipo de situaciones.
Sobrecarga laboral
La sobrecarga laboral no implica tener mucho que hacer, sino mucho que hacer en un plazo de tiempo ridículo al punto que no podemos cumplir con todas nuestras obligaciones, lo que termina por agobiarnos.
Planea y espacia tus proyectos así como agenda tiempo para cada cosa de manera que no debas comprometer la calidad de tu trabajo, ni tampoco vivir en ese estado de permanente angustia.
Falta de comunicación en el hogar
Las relaciones de pareja donde no se ventilan los problemas y no se discuten las situaciones que generan molestia pueden a la larga generar un efecto de bola de nieve el cual llegue a un momento en que sea insostenible, tanto para la pareja como para nuestro bienestar mental.
Dialoga y verás como, al menos, si los problemas no se resuelven terminarás quitándote la preocupación e ira reprimidas.
Demasiada exigencia diaria
No eres una máquina y no puedes hacer de todo a la vez, aprende a delegar algo de los quehaceres diarios en otras personas o abandona algunos proyectos si estos están presentando ser demasiado para ti. No hay vergüenza en preservar la salud, por lo cual abandonar en este caso si es una opción, igual si lo deseas puedes retomarlos cuando tu carga sea mucho menor.
Sobreejercitación
Demasiado ejercicio puede llevar a sobreproducción de testosterona en los hombres, lo cual incide directamente en la caída capilar. A menos que tu objetivo sea el tener los mayores músculos sin un cabello en la cabeza no te sobrejercites o uses esteroides que afecten la testosterona.
Vivir a las carreras
En si vivir con excesiva velocidad solo le queda bien a los corredores de formula 1, los demás debemos de vez en cuando detenernos y oler las rosas.