Las plaquetas son fragmentos de células sanguíneas que ayudan en el proceso de coagulación y que además son fuente natural de múltiples factores de crecimiento. Cuando las plaquetas se activan ante un estímulo específico, liberan estos factores de crecimiento. Es un tratamiento sin riesgos de transmisión de enfermedades, ya que se trata de su propia sangre (autólogo).

Se utiliza como complemento en la cirugía de trasplante capilar porque:

La técnica del plasma rico en plaquetas o PRP, también denominada “bioestimulación con plasma autólogo rico en factores de crecimiento”, consiste en centrifugar la sangre para separar la parte liquida (plasma) de la parte “sólida” las células. La aplicación de la fracción de plasma rico en plaquetas del propio paciente en un tejido favorece su regeneración y estimula su crecimiento.

1. El paso inicial consiste en extraer sangre del propio paciente, de la misma forma que se obtiene un análisis de sangre de forma rutinaria, con una simple punción en una vena.
2. Posteriormente, la sangre extraída es centrifugada para separar la fracción de plasma rico en plaquetas del resto de partes de la sangre que no nos interesan.
3. Habiendo aislado ya el plasma rico en plaquetas (PRP), debe activarse mediante la aplicación de cloruro cálcico, para que las plaquetas liberen los factores de crecimiento.
4. Tras ello, la solución constituida por el PRP y los factores de crecimiento se aspira con una pequeña jeringa y se infiltra mediante micro inyecciones en la zona a tratar.

El proceso en total dura unos 30 minutos, y la infiltración del PRP y factores de crecimiento en la zona a tratar es poco dolorosa. No obstante, puede atenuarse aun más la molestia aplicando previamente anestésico tópico. El tratamiento no requiere ninguna preparación previa, y después del procedimiento el paciente puede hacer vida normal, no siendo necesario el reposo ni ninguna medida especial.

El plasma rico en factores de crecimiento empezó siendo una de las herramientas regenerativas más novedosas en la medicina y cirugía estética alrededor de los años 80, empleándose en mesoterapia antienvejecimiento o como efectivo reparador de marcas de acné y de estrías.

Se trata de un procedimiento completamente seguro, ya que el PRP y los factores de crecimiento utilizados son autólogos, es decir, del propio paciente (se extrae sangre del paciente para posteriormente aplicarle una parte de su propia sangre rica en factores de crecimiento). Los factores de crecimiento son específicos para los tejidos de cada individuo, lo que hace de este sistema un tratamiento personalizado, evitando el riesgo de infecciones o reacciones alérgicas y sin contraindicaciones.

El tratamiento es totalmente compatible con otros tratamientos para la alopecia como el MINOXIDIL o el FINASTERIDE.

Para la obtención de (PRP) realizamos la extracción sanguínea y el centrifugado de la sangre durante unos 8 minutos .

Posteriormente el plasma se separa en tres fracciones de las cuales tomaremos 1 cc inmediatamente por encima de la serie roja que es la fracción más rica en plaquetas y en Factores de Crecimiento (FC).

Hay varios tipos de FC y todos ellos son mediadores endógenos que modifican las respuestas celulares ante un determinado estimulo y controlan el ciclo celular. Son capaces de aumentar el metabolismo celular estimulando la regeneración tisular y la cicatrización. Estimulan la síntesis de colágeno, elastina y proteoglicanos. Tienen una importante actividad antigénica.

En el tratamiento de la alopecia utilizaremos el PRP inyectado de forma intradérmica o subdérmica. Con sesiones consecutivas de infiltraciones se logra acelerar y mejorar el proceso natural de reparación de los tejidos, incluyendo los folículos pilosos. Gradualmente se forman nuevos vasos sanguíneos y se reactivan las funciones anabólicas de las células con el consecuente aumento en la producción de elastina y colágeno. Se recomienda realizar una sesión cada 15 días (3) y luego una cada tres a seis meses de mantenimiento.