Desgraciadamente existe un límite en la cantidad de cabello que puede ser usado para el trasplante. Este límite, generalmente, está impuesto por la disponibilidad de cabello de la cabeza para donar.
Sin embargo, hay pacientes que desean realizarse un trasplante de cabello, pero que no pueden porque la densidad de la zona donante es muy reducida o ya se han hecho un trasplante previamente y no tienen más cabello para donar. Sus deseos de someterse a un nuevo trasplante pueden originarse en el deseo de cubrir cicatrices quirúrgicas o de arreglar trasplantes previos que salieron mal. Aunque la mejor fuente de cabello para el trasplante es la cabeza, el desarrollo de técnicas de extracción folicular unitaria (FUE) ha permitido la exploración de otras zonas como posibles donantes para el trasplante.