Existe una relación de amor y odio (más odio) entre los clientes y sus peluqueros o barberos, pues, normalmente, como clientes, vamos a la barbería con una idea y salimos con un corte totalmente diferente. Pensando en este tema y en cómo resolver la molesta situación de los malos cortes de cabello, me di cuenta de que la culpa no es 100% de los peluqueros, o al menos confío en que no hagan solo por ver nuestras caras al ver que hemos quedado peor que cuando teníamos 8 años.

La culpa de un mal corte de cabello es de ambas partes y te diré por qué:

El barbero no entiende tus referentes pues son solo palabras

No pretendas que luego de algunas explicaciones del tipo “Quiero que se vea largo, pero no mucho… y en la parte de atras un poquito menos, pero sin que se note la diferencia” y que el hombre entienda perfectamente lo que está pasando dentro de tu cabeza, o sepa cuanto es “no mucho” para ti.

El corte que le queda bien a un tipo de cabello no luce igual en otro

Digamos que estas en un nivel superior al anterior y has decidido llevar una foto para que tu peluquero tenga una guía, quieres el corte de ese hombre rubio de rizos suaves y una barba prominente, pero tienes el cabello negro, liso y ni hablar de la falta de bello facial… ¿y luego te enfadas porque no quedaste igual que el modelo?.

No estás siendo consiente de las características de tu propio pelo

A veces, esas inconsistencias entre el corte que deseabas y el que obtuviste, son por tu bien, ¡en serio! el peluquero sabe mejor que tú cómo trabajar en cada caso y si tienes 10 centímetros de entradas lo mejor será que no uses un estilo con el pelo hacia atrás. Debes ser consiente de tu propio físico, si sufres de calvicie, tienes el cabello demasiado delgado o muy grueso, quieres ocultar las canas, etc. no todos los cortes serán para ti o van a verse idénticos a las fotos de los modelos que los llevan en las revistas.

Aunque no lo creas: Ni tú mismo sabes lo que quieres

Si, antes de llevar 10 referentes que, aunque no lo notes tienen cada uno un corte totalmente diferente, piensa en las respuestas a las siguientes preguntas y plantea qué elementos quieres tomar de cada uno:

• ¿Qué estilo quieres reflejar? Sobrio, relajado, seductor, etc.
• ¿Prefieres un corte estructurado o desordenado?
• ¿Qué tan largo lo quieres?
• ¿Qué largo y forma quieres que tengan tus patillas?
• ¿Qué terminación y forma quieres que tenga en la nuca?
• ¿Cuánto tiempo quieres dedicar para peinarte cada día?

Ten todo esto en mente a la hora de ir con tu barbero la próxima vez, recuerda que él no puede leer tu mente.

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