Usar pelucas no es lo más recomendable puesto que muchas veces no tienden a verse naturales y lo que terminan provocando es una reacción negativa de quienes las usan por los comentarios que se tejen alrededor de su uso.

Es por ello que el uso de pelucas decae gradualmente puesto que existen mucho mejores métodos para recuperar el cabello propio y hacerlo crecer, como la utilización de minoxidil o los trasplantes capilares por solo mencionar algunos.

Pero aún así, muchas personas prefieren seguir usando pelucas que no van en consonancia con su apariencia, haciéndolas ver aún más cómicas. Es así como nacen tendencias que muchos solo calificarían de terribles.

Es por esta razón que hemos escudriñado entre las peores tendencias para traerte una pequeña muestra de como algunas personas llegan a verse cuando hacen uso indebido de las pelucas al extremo.

Comenzando por quienes aman a sus mascotas al punto de tratarlas como sus juguetes, para quienes la compañía Cushzilla tiene la opción perfecta con su línea de productos el cual incluye pelucas, corbatines y gorros para el día a día de los perros y gatos.

Por otro lado no solo hay quienes visten a sus mascotas sino también a sus bebes, puesto que durante un tiempo a finales de 2014 e inicios de 2015 fueron tendencia las pelucas para los recién nacidos, las cuales se publicitaban como aquellas que “realzaban la belleza de los bebés con falta de cabello”.

La moda muchas veces intenta generar tendencias que en la mayoría de casos fracasan, y que bueno que fracasó esta idea de la colección de otoño de la diseñadora Jeane Lanvin. Esta diseñadora sugirió el uso de plumas en la cabeza para aquellas personas de cabello poco abundante, el resultado obviamente fue desastroso para quien lo observa.

 

No solo es la forma, el color, y quien lo usa quien puede generar disonancia en como se ve alguien con una peluca, también los materiales con los que se realiza. Diferentes tipos de fibras no aseguran una mala calidad de la peluca, pero cuando ya se comienzan a usar cosas como papel o tiras de periódico como las usadas por Amy Flurry y Nikki Salk es cuando el tema llega a lo ridículo.